22/3/22

El camino del escritor

bosque del camino del escritor

 Caminas por un frondoso bosque. La vegetación lo cubre todo, el canto de los pájaros vuelve ameno tu paseo y el sonido de un riachuelo te relaja. Te sientes a salvo, en un lugar seguro y agradable. Pero no dura mucho. Este mundo es así, engañoso. Hace que te confíes y de pronto aparecen ogros queriendo triturar tus huesos, dragones que te lanzan llamaradas, trolls que te despojan de todo lo que aprecias...El camino se vuelve tortuoso y tienes ganas de regresar a la comodidad del hogar.

Pero ahí están las hadas, tan bonitas y dulces. Juegan y revolotean a tu alrededor. No puedes dejar de mirarles. Es posible que hayas encontrado la calma, la ilusión y la alegría que necesitas.

 ¡Ya te han atrapado!

Cuando te das cuenta estás volando boca abajo  y recibiendo golpes de todas las ramas que haya en el camino.

¿En qué me has metido? ¿Qué tiene todo esto que ver con dedicarse a la escritura? Me preguntarás. Tiene TODO que ver. El mundo de la escritura es así, una lucha constante y momentos de falsa paz. Escribir es una actividad engañosa. Ahí tienes tu mundo, tus ilusiones, tu vía de escape o tu desahogo. Sientes que escribiendo todo se arregla, que te relajas. Cuando tu obra empieza a tomar forma te ilusionas… Pero llegan las dudas, los miedos y ese terrible aliado que no siempre se sabe manejar, las críticas.

El camino del escritor puede ser tortuoso, con las hadas agarrándote de un pie y dejando que te des contra todo lo que te encuentras mientras un dragón te chamusca el trasero. Y luego está cuando caes en manos del ogro… Ay, el ogro, como disfruta destrozándote. A ti y a tus ilusiones, claro, y el troll, ese pequeño cabrón, le ayuda robándote la esperanza.  La soledad y una sensación de vulnerabilidad caen sobre tus hombros, un peso que te aplasta y te deja sin huesos. Esto sucede demasiado a menudo, por desgracia.

troll del camino del escritor


Ya, ya, tú no has venido aquí para que te diga lo difícil que es esto, para que te diga cómo es lidiar con tus más profundos temores. Ya, lo sé. Pero, la cosa es así. No te voy a decir que es fácil, no voy a darte una solución a todo esto. Sí, voy a decirte cosas buenas —ten paciencia, ahora vamos —, pero debes recordar que el camino fácil no existe y que todos los monstruos están ahí, esperando un paso en falso. Oye, el camino difícil no es solo para los personajes de los que escribimos historias. Nosotros también lo tenemos y es una razón más para complicarles la existencia a ellos.

Lo primero, NO ESTÁS SOLE. Observa un poco a tu alrededor. No, no me refiero a tu perro o gato, tampoco al hámster. No tiene que ser en tu propia casa, tampoco en tu familia —hay gente que tiene mucho apoyo, pero tengo visto que no es el caso general —. Te hablo de otres escritores. Si mientras recorres ese bosque no te aíslas, si miras un poco tu entorno, entre los ogros y los trolls, encontrarás a otres que siguen el mismo rumbo. Algunes irán más adelantados, quizá tú eres de nivel tres y elles ya van por el cincuenta, y algunes irán más atrasados. Ayuda a les que van detrás y aprende de les que van delante, apóyate en todes y deja que elles también se apoyen en ti. Oh, mira. Alguien de nivel 30 ha matado a un ogro y une de nivel 2 ha encontrado un libro con el idioma de los dragones. Vaya, otre de 50, pese a toda su experiencia, ha caído en una trampa de hadas. Corre, usa tu daga y sácale de ahí. Anímale a seguir y muéstrale que cualquiera puede caer y volver a levantarse. Le habrá pasado muchas veces, igual que a ti, pero ¿a que es difícil acostumbrarse? En equipo todo es más fácil —y sí, también pueden acabar escribiendo una obra contigo —. Haz amistades, viene bien. La soledad ya no es tu mayor problema.

¿Qué? Los miedos, claro. ¿Se te ha ocurrido preguntar a ese escritore del nivel 500 —ese que lleva un bastón de mago— si puede compartir su sabiduría contigo? Tal vez has dado con tu propie Gandalf —o Yoda, puede que hable raro y sea algo verde —y estás pasando por alto a une guía estupende. Te puede enseñar artes mágicas o a dar con las herramientas adecuadas para enfrentarte a ese maldito troll que se te ha subido a la espalda.  ¡No dejes que robe toda tu esperanza! Rápido, lanza el hechizo.

 


Escribir no es una tarea fácil y te traerá muchas dificultades, cierto. Es un trabajo duro, que requiere mucha constancia y  esfuerzo. Además, es fácil llegar a desilusiones y las críticas pueden ser dolorosas —algunas ayudarán, otras serán destructivas—. Es difícil hacer oídos sordos a las hirientes y aceptar las constructivas. Habrá momentos en que quieras dejarlo todo o que ese borrador te mire con malos ojos, diciéndote que nunca llegarás a nada y harías mejor buscándote un trabajo de verdad, que dejes esto para quienes tienen talento —ay, el maldito y sobrevalorado talento—. Es muy complicado recordarte que tú también vales para escribir, que tu trabajo tiene el mismo mérito y la misma importancia que el de les demás. ¡Y más difícil es no compararse! Pero, eh, mejor aprender de elles que querer ser elles. Resulta que si fueras igual que ese de ahí ya no serías original. Es muy difícil, sí, pero también es lo mejor que puede haber.

Piénsalo. Cuando coges tu libreta y tu bolígrafo, o cuando te sientas frente al ordenador. Las palabras empiezan a fluir  o mil ideas sueltas cubren la hoja. Es fantástico. Cuando los personajes cobran vida o los versos hacen que tu alma hable. Piénsalo, piensa en  tus avances y en lo bien que te sientes mientras trabajas. Sí, es relajante, aunque luego vengan las dudas tú te sientes bien, realizade. ¿O acaso no? ¿Acaso no te sientes realizade cuando el trabajo termina?

¡Corre, apunta esa idea antes de que el troll te la robe!

Bien, sigamos. Este es tu trabajo, y es un trabajo de verdad para el que vales. Sí, lo sé, sé que vales porque estás esforzándote y estás buscando tus herramientas. ¿Por algo has llegado a este artículo y has aguantado a las criaturas torturándote, no?  Y que no necesitas que nadie te diga que sigas escribiendo, que vales, que luches. Lo sabes y no te vas a rendir porque enfrentarte a todas esas criaturas, a ese hombre lobo que ahora mismo quiere despellejarte, es lo que te gusta hacer. Pero claro, tú has venido hasta aquí para que te infunda ánimos.

Pues bien, te animo a que busques escritores, a que te relaciones con elles. ¿Por qué escritores solamente? Busca escritores, editores, ilustradores, correctores, traductores… Relaciónate con cada une de elles, que te ayuden a crecer y ayúdales también. Comparte tus progresos y habla de tus proyectos. Te aseguro que ayuda mucho.

De verdad, ánimo. No dejes de escribir aunque intenten acabar contigo. Tú puedes.

Si quieres puedes dejar un comentario con tu situación y/o apoyo para otres escritores, también puedes contactar conmigo —mis redes están por el blog—.

No dejes de luchar contra ese troll y no dejes que el ogro haga un puré con tus huesos.

 

2 comentarios:

  1. Por fin lo retomas! Felicidades por el 1er post! Está muy muy interesante ��

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